Joan Antoni Domènech
4/10/2022

El conflicto de la estiba está sacudiendo todo el mercado cerealístico estatal.

No se vislumbra que a corto plazo vayamos a ver un final en el conflicto de la estiba, pero sí parece que hay un cambio en la situación, una leve pero clara mejora. Según publica TarragonaPort, así al menos puede deducirse de la reducción en los tiempos de descarga de agroalimentario en el Port, según manifiestan diversos operadores consultados por TarragonaPort.

Estas empresas señalan, sin embargo, que siguen derivándose barcos a otros puertos, siendo los enclaves más beneficiados Barcelona, Castellón, Sagunto y Cartagena. En proporción, según sus cálculos, estarían del orden del 30% los barcos que han acabado descargando en otros puertos, cuando tenían previsto hacerlo en la infraestructura tarraconense. Las multinacionales del cereal quieren evitar las largas esperas de los barcos -semanas en muchos casos-, a la espera de poder descargar. Para ello optan por otros puertos que, aunque no tan equipados como el de Tarragona, les ofrecen la seguridad de descargas en plazo.

El conflicto larvado de la estiba está afectando a gran parte de la cadena de suministro del sector agroalimentario, dado que el  Port de Tarragona es el referente nacional, y en el Mediterráneo,  en este tipo de tráfico. Las medidas que ha puesto en marcha la Autoridad Portuaria encaminadas a descongestionar los muelles están dando resultados, aunque a nadie escapa la sensación que todo está en manos de los estibadores.

El mercado cerealístico sigue, pues, tensionado por el conflicto de la estiba, coincidiendo con una mala cosecha española. Por otra parte, las incógnitas sobre la viabilidad futura del corredor de cereales del Mar Negro, junto al conflicto ucraniano en general, todo ello ha creado una elevada volatilidad de precios.