J.A.D.
17/03/2021

Josep Maria Cruset durante la presentación del balance del 2020

La Autoridad Portuaria de Tarragona (APT) ha presentado hoy las cifras a cierre del 2020 en tráficos y en resultados económicos. Unos números que pueden considerarse buenos, a tenor de los avatares soportados por el enclave durante el pasado ejercicio, que van más allá de los efectos del Covid

En tráficos, según ya publicamos en este medio en enero pasado, 2020 sumó 26,7 millones de toneladas, un 19,3% menos respecto al 2019. Por otra parte, atendiendo a las cifras del balance, los ingresos del pasado ejercicio se situaron en 49,4 MEUR (51 millones sin tener en cuenta las bonificaciones extraordinarias aplicadas por el Covid). En cuanto a los beneficios, se quedaron en 740.000 euros, muy por debajo de los 7,4 millones de euros del 2019.

Durante la presentación de los datos, el presidente del Port, Josep Maria Cruset, ha señalado que desde el Port  ”hacemos una análisis muy positivo del 2020, un año excepcional en el que se ha demostrado la capacidad de resilencia” de la infraestructura.

Efectivamente, un análisis pormenorizado de estos datos en el difícil marco soportado en 2020, ofrece, a pesar de la lógica bajada en tráficos e ingresos, un resumen que puede apuntare como positivo. En este sentido, en abril del 2020, la APT ya calculaba un descenso del movimiento de mercancías del 30% para el ejercicio del 2020. No obstante, a partir del verano, un mejor comportamiento del movimiento de graneles inició la senda de la recuperación.

Y más allá de los efectos negativos del Covid, que lógicamente marcó el 2020, el descenso del movimiento de carbón ha sido, con diferencia, la mercancía que más ha influido negativamente en el cómputo final de tráficos del 2020, ya que en un buen año suponía algo más del 10% de todo el tráfico en la dársena, mientras que el pasado ejercicio vino a significar un muy reducido 2,5%.  Desde enero del 2020, el Port contaba ya con la merma del tráfico de carbón, en rápido descenso tras el cierre de las centrales térmicas de Endesa abastecidas desde la infraestructura. A esto, tuvo que sumar también la marcha del operador de sal potásica, un tráfico menor, pero que no podía obviarse.  Igualmente, una buena cosecha de cereales impidió la importación de grandes partidas.

Como apuntamos, sumado al Covid, el Port soportó además en 2020 otras causas sobrevenidas. Nada más iniciarse el año, los efectos del temporal Gloria, que provocó una semana de inactividad en la dársena; el accidente en IQOXE y la consecuente disminución de la actividad en la petroquímica.

Centrándonos en el balance, en el que hemos visto un resultado exiguo pero positivo, es significativo apuntar que la APT registró en 2020 un EBITDA del 2020, con 22,9 M; así como también es reseñable el cash flow, que se sitúa en 21,3 M. Por otra parte, el Port sigue rebajando el endeudamiento, que ahora marca 48 M frente a los 52,1 millones del 2019. Un panorama de gran solvencia económica que permite, una vez se afiance la recuperación, pensar no solo en recuperación de tráficos sino en claras mejoras de cara a 2022.

En un contexto generalizado de las autoridades portuarias, el sistema portuario de titularidad estatal, conformado por 46 puertos que gestionan 28 Autoridades Portuarias, cerró el ejercicio 2020 con un resultado de explotación de 142,6 millones de euros. Teniendo en cuenta los resultados financieros el resultado del ejercicio consolidado del sistema portuario antes de impuestos fue de 104 millones de euros. El importe neto de la cifra de negocios alcanzó los 967 millones de euros, lo que ha supuesto una disminución del 16,1% respecto a los 1.153 millones de 2019.

El EBITDA de explotación, imagen fiel de lo que el sistema portuario está ganando o perdiendo en el núcleo del negocio, se situó en los 501 millones de euros, lo que supuso una disminución del 22,4% con respecto a los 645 millones de 2019.