T.E.
23/10/2023

Tras muchos años de espera, la infraestructura es ya una realidad.

Tras años de retrasos desde la primera licitación en 2008 y 157 millones de euros invertidos, desde hoy el túnel de Lilla es una realidad. Se trata de un trazado de cinco kilómetros que une Valls y Montblanc y que incluye el túnel que atraviesa el coll de Lilla, de 1,5 kilómetros.

La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana en funciones, Raquel Sánchez, ha presidido hoy la puesta en servicio del nuevo tramo de una infraestructura, de una gran complejidad técnica,  fundamental para mejorar la conectividad y las condiciones de circulación  en la zona norte occidental de Catalunya.

El acto de inauguración ha contado con  la presencia del secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores; el subdelegado del Gobierno en Lleida, José Crespín; el delegado del Govern del Camp de Tarragona, Ángel Xifré; la alcaldesa de Valls, Dolors Farré; el alcalde de  Montblanc, Oriol Pallisó, y demás representantes de diferentes  administraciones territoriales, de las cámaras de comercio y de  organizaciones empresariales.

Con la apertura de este nuevo tramo de la A-27, se prevé un ahorro de tiempo de más de 700.000 horas anuales, ya que se espera que el tiempo medio de viaje se reduzca en 10 minutos, al evitar el paso por el sinuoso coll de Lilla y dirigir el tráfico por un túnel amplio, moderno y seguro.

Asimismo, supondrá un ahorro de más 22 millones de kilómetros anuales. Esto conllevará una mejora de la eficiencia del consumo energético, que se traduce en una reducción de 4.300 toneladas anuales de C02 y, por tanto, un aumento de la sostenibilidad del transporte por carretera. Además, la nueva infraestructura supone un aumento de la seguridad.

En términos comerciales, mejorará la comunicación entre importantes zonas industriales del interior, Lleida y Aragón, con el puerto de Tarragona, influyendo positivamente en la competitividad del puerto, y a su vez en el desarrollo económico y social de la zona.