T.E.
26/02/2022
Estamos observando en los últimos meses un repunte de las inversiones logísticas en las comarcas de Tarragona. Muchas noticias apuntan esta tendencia. La escasez de suelo en el área de Barcelona ha desplazado algunas inversiones en favor de nuestras comarcas. Pero hay otros atractivos, como son las inversiones en conectividad en el territorio y la fuerza de los proyectos que pivotan alrededor del Port de Tarragona, que marcan una tendencia al alza.
Hay claros ejemplos en el polígono de Constantí, en el que suceden las inversiones, así como las dinámicas en Montblanc y Valls, con apuestas de implantaciones recientes. La ampliación de Panattoni en la Bisbal del Penedès, superando en una solo estructura los 100.000 m2. La consolidación de los almacenes de Amazon es otro de los recientes protagonistas del sector.
Un caso aparte, pero el más destacado, es el protagonismo que cobra el Port de Tarragona. Muchas de las iniciativas en este sector tienen como referente al enclave Tarraconense. Entre ellas, la futura ZAL, con cerca de un millón de metros cuadrados de suelo logístico, la decidida apuesta por el ferrocarril que se traduce en nuevos enlaces, como el reciente con Andalucía. El futuro puerto seco en Guadalajara-Marchamalo, y también su inversión en la TIM de Monzón. En el mismo ámbito portuario se encuentra la plataforma Combi Terminal Catalonia, que dará un amplio impulso al tráfico de mercancías por ferrocarril, como emisor y receptor. También, la infraestructura portuaria es protagonista de la línea ro-ro con Turquía, con plena ocupación en su primer año de actividad y con posibilidades de ser ampliada.
Junto a todo este marco, si las inversiones que no dependen de los agentes locales, como la puesta en marcha del Corredor Mediterráneo y el túnel del Coll de Lilla, como dos ejemplos entre otros, acaban cristalizando, podemos encontrarnos en el horizonte del 2023 con un notable potencial de crecimiento gacias a las inversiones logísticas que entonces ya estarán en marcha.