J.A. Domènech
04/10/2021
Finalmente, tras meses de incertidumbre y tensión, y después de que la junta directiva de Activa Mutua barajara diversas opciones –ofertas de absorción y fusión– con otras mutuas, el pasado jueves Activa Mutua decidió aceptar la propuesta de fusión de la valenciana Umivale, séptima en el ranking de mutuas del Estado por volumen, y fusionarse ambas convirtiéndose en una nueva mutualidad. A todos los efectos, la futura nueva mutua será operativa con fecha 1 de enero de 2022.
Desde el punto de vista formal, la fusión de ambas entidades tendrá como consecuencia directa la desaparición de Activa Mutua como marca y la ubicación de la sede central de la nueva entidad en Valencia. Técnicamente, esta fusión supone la creación de una nueva mutua, que trabajará bajo un nuevo logo (probablemente Umivale Activa), con 1.000 millones de euros de ingresos y unos 1.400 empleados en conjunto.
Tras la fusión, pendiente de aprobación por parte de ambas juntas generales, Umivale tendrá mayor peso en los órganos gestores, un 60% aproximadamente, por el 40% restante que quedaría en manos de los responsables de Activa Mutua. El motivo de este reparto está en la proporción de cuotas a la Seguridad Social que aporta cada mutualidad. Además, hay que resaltar que Umivale, a cierre de 2020 presentó unos resultados positivos de 38 millones de euros, frente a los 14 millones de euros en pérdidas registrados por Activa Mutua.
Activa Mutua tenía sobre la mesa ofertas de absorción o fusión por parte de seis mutuas: MC Mutual, Mutua Universal, Asepeyo, Ibermutua, MAZ y Umivale. En estas negociaciones, la absorción por parte de Ibermutua era la que desde un principio impulsaba el antiguo director general Miguel Ángel Díaz Peña.
Paralelamente, en la reunión del pasado 30 de septiembre, Activa Mutua decidió emprender acciones legales precisamente contra Díaz Peña, entre otros argumentos, por administración desleal. Díaz Peña, hasta el pasado mes de julio director general de Activa Mutua, fue nombrado en 2019 tras la intervención de la mutua. Inspector de Trabajo jubilado, y exdirector general de Ordenación de la Seguridad Social entre 2002 y 2011, Díaz Peña se encontraba de baja laboral desde abril del 2020.
Como se recordará, Diaz Peña habría encaminado su labor en Activa Mutua hacia una futurible absorción o integración en otra mutua, con visos a hacerla desaparecer. De hecho, según señalan fuentes consultadas del sector, Díaz Peña sería el responsable de que Activa Mutua no presentara en su día recurso sobre la actuación de la Inspección de Trabajo contra la entidad, que desembocó en sanción y ajustes de 2,2 millones, y el desmembramiento de la cúpula directiva, así como su posterior pérdida de peso en el sector y dificultades económicas. Esta decisión se tomó posteriormente a la aprobación por parte de la junta directiva de recurrir las sanciones, contratando para ello al bufete Cuatrecasas. Este tipo de sanciones fueron comunes en su época tras la campaña que la Inspección de Trabajo y Seguridad Social abrió, ya en la era del PP, contra los gastos supuestamente suntuarios de algunas mutuas con cargo al erario público. El resto de mutuas sancionadas –la práctica totalidad del sector– han ido presentando recursos ante los tribunales, con sentencias hasta ahora favorables.
La fusión entre ambas mutuas, Activa y Umivale, es seguramente la mejor solución de todas a las que podría acogerse Activa, dado que tras la crisis provocada por los dictámenes de la Inspección de Trabajo, y bajo una nueva dirección, se optó por no presentar recursos, como se ha señalado, ni poner en marcha un plan de recuperación propio.
Los orígenes de Activa Mutua están muy arraigados en el territorio. En 1922 se constituye REDDIS en la ciudad de Reus y MATT en Tarragona. En 2007 se fusionan Reddis y la MATT, creando ReddisMatt, y en 2008 se crea Activa Mutua, tras la fusión de Fimac, Mupa y ReddisMatt.