V.T.
5/10/2020

Los planes de futuro de Port Tarraco pasan por consolidar el crecimiento que ha experimentado en los últimos años.

La Marina Port Tarraco, propiedad desde el pasado 19 de febrero de la empresa mallorquina Ocibar, que compró su accionariado al fondo Qatarí Diar, está inmersa en dos proyectos encaminados a mejorar sus instalaciones y a fomentar la relación empresarial entre las empresas ubicadas en su parque de oficinas.

Por un lado, está trabajando en la creación de un Business Center para crear sinergias entre las empresas ubicadas en sus instalaciones. “Tenemos 12.000 m2 de oficinas con empresas de todo tipo y lo que pretendemos es aglutinarlas y crear un canal de colaboración entre ellas”, explica el gerente de la marina, Marc Colls. Aunque no hay fecha para la puesta en marcha de este centro de negocios, “se trata de crear marca y potenciar aún más nuestra parte inmobiliaria”, apunta. Desde hace tres años, las oficinas de Port Tarraco están al 100% de ocupación, un porcentaje que baja hasta el 76% cuando le sumamos los locales comerciales. Sin embargo, para el próximo mes de enero, las previsiones apuntan a un incremento de la ocupación y se espera llegar al 90%.

Respecto a la nueva propiedad, “la gestión va a ser continuista —comenta el gerente— porque el objetivo es muy básico. Llevamos creciendo desde 2015 año tras año y la intención es mantener y potenciar este crecimiento”. Sin embargo, la nueva empresa propietaria ofrece una ventaja puesto que también explota Port Adriano (Mallorca) e Ibiza Magna y Marina Botafoc (Ibiza): “A nivel de marca, Ocibar nos proporciona unas herramientas que antes no teníamos”, afirma Colls. Y es que, comercialmente, la marina trabaja conjuntamente con los puertos de Baleares, que acostumbran a llegar  a la plena ocupación en verano. “Eso nos permite desviar a Tarragona a los grandes barcos que no disponen de amarre en las Baleares”. De hecho, de momento ya se ha desviado una embarcación de 150m de eslora a Port Tarraco “y esperamos recibir 3 o 4 más, de dimensiones no tan grandes”, asegura Marc Colls.

Precisamente esta cuestión fue destacada por el consejero delegado de Ocibar, Antonio Zaforteza, cuando se adquirió la marina: “Nuestras líneas de acción serán tres: acercar la economía local a las oportunidades de negocio que ofrecen los barcos de gran eslora, potenciar la parte de oficinas en Port Tarraco y contribuir a la integración del puerto con la ciudad”.

2 millones de euros de inversión entre 2020 y 2021

Entre este año y el que viene, la marina tiene prevista una inversión de 2 millones de euros, que va destinada a la mejora de la infraestructura eléctrica y de los amarres. El objetivo es adaptar el muelle de Levante y el muelle de Costa, echando al agua 57 bloques de 20 toneladas de hormigón y reposicionando 20 más que ya están bajo el agua para conseguir mayor espacio. En cuanto al suministro eléctrico, se reducirán los puntos de conexión en el muelle de Costa y se ampliará la potencia, unos trabajos que se prevé terminar a finales del verano de 2021. Por otra parte, esta inversión también incluye la repavimentación del muelle peatonal de la marina para “hacerlo más amable para el peatón”, explica Colls, unas obras que finalizaron el pasado mes de febrero.

Colls: “Nuestro target se distribuye entre los meses de septiembre y junio”.

En cuanto a los amarres, la marina cuenta actualmente con 33, después de que en 2018, cuando contaba con 64 amarres, se ajustaran los espacios para poder recibir barcos más grandes. “Lo que nos diferencia frente a la competencia es precisamente esto, que podemos recibir embarcaciones de mayor tamaño”, aclara el gerente. El nivel de ocupación a día de hoy es del 20%, aunque las previsiones apuntan a la plena ocupación para los meses de octubre y noviembre, en la temporada alta: “Actualmente están entrando entre 3 y 4 barcos por semana, lo que nos lleva a pensar que en un par de semanas estaremos al 100%”, explica Colls.

Los planes de futuro de Port Tarraco pasan por consolidar el crecimiento que ha experimentado en los últimos años. “En la parte inmobiliaria, esperamos llegar a la plena ocupación en un futuro no muy lejano”, explica el gerente. En cuanto a los amarres, aunque también se espera un crecimiento, “no hay que perder de vista que somos un puerto de invierno. Nuestro target se distribuye entre los meses de septiembre y junio”, aclara. Según Colls, “Tarragona irá cambiando de ciudad industrial a ciudad de servicios y eso provocará que, en verano, puedan venir barcos en períodos más cortos y esa es una oportunidad de negocio que no podemos perder”.

La plena ocupación de Port Tarraco en temporada alta los dos últimos años ha supuesto un importante impacto económico para el territorio. La mediana diaria de tripulantes durante los meses de invierno es de 500 y, según los estudios realizados, cada uno de ellos supone un beneficio de entre 80 y 150 euros/día. A grandes números, el impacto económico de la marina supera el millón de euros mensual.