T.E.
7/12/2022

La investigadora Yolanda Cesteros lidera el proyecto.

El Ministerio de Ciencia e Innovación ha concedido a la Universitat Rovira i Virgili un proyecto de investigación para la producción de biocombustibles, fertilizantes, precursores de bioplásticos y sensores a partir de residuos lignocelulósicos. Así se llama la materia vegetal seca, también conocida como biomasa. La propuesta está liderada por la investigadora y profesora Yolanda Cesteros, del Departamento de Química Física e Inorgánica, y contará con un consorcio investigador de la URV, la Universitat de Lleida y el Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Catalunya. El proyecto está financiado por los fondos Next Generation de la Unión Europea a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

El objetivo es conseguir una amplia cartera de productos de alto valor añadido obtenidos a partir de residuos lignocelulósicos de madera utilizando diferentes tecnologías para contribuir al desarrollo de las biorrefinerías en Cataluña y en España. El equipo investigador interdisciplinar de la URV se completa con los profesores Joan Josep Carvajal, Maria Cinta Pujol, Maria Ercilia García Álvarez y Maria Dolores González.

Las biorrefinerías son instalaciones de procesamiento que convierten la biomasa en productos químicos, combustibles y otros materiales gracias al uso de diferentes tecnologías. La lignocelulosa, la biomasa renovable más abundante, se considera la principal materia prima en el concepto de biorrefinería, ya que su naturaleza no comestible no compite con los cultivos alimenticios. La existencia de estas biorrefinerías a partir de estos recursos lignocelulósicos es escasa en Europa y en el Estado Español. Por eso, la investigación para su desarrollo puede ser estratégica.

La finalidad del proyecto es conseguir biocompuestos a partir de residuos forestales, como serrín de chopo, de madera de pino y de castaño. «Queremos producir algunas moléculas plataforma, como las llamadas hidroximetilfurfural, furfural o clormetilfurfural», explica la investigadora Yolanda Cesteros, que ha liderado el proyecto. A partir de estas moléculas plataforma y la lignina pirolítica, se obtendrán productos de alto valor añadido como bioplásticos, bioadhesivos para aplicaciones en madera, biocombustibles, aplicaciones agrícolas y sensores de presión y pH.

Trabajo en el laboratorio con residuos lignocelulósicos.

Durante el proceso se utilizarán tecnologías catalíticas y biocatalíticas, disolventes eutécticos, procesos termoquímicos, ultrasonidos y microondas. También está previsto realizar estudios de evaluación del ciclo de vida y un análisis del valor del cliente potencial y del mercado con el objetivo de crear un mapa de biorrefinerías potenciales para implantar esta tecnología en el Estado español.

La investigación, además de proporcionar nuevos conocimientos técnicos y científicos a la comunidad nacional e internacional, está enfocada al objetivo de transición a la economía circular y a la mitigación del cambio climático y prevención y control de la contaminación. «Esperamos contribuir con este proyecto a la transición hacia un modelo productivo basado en la descentralización y la sostenibilidad en el marco de la economía circular», concluye Cesteros.