J.A.D.
09/12/2020

El enclave encara la recta final del año con perspectivas optimistas.

Hace solo dos meses este titular habría sido discutido y dado por excesivamente optimista. Los efectos de la pandemia, las consecuencias del temporal Gloria del invierno pasado (que provocó prácticamente dos semanas de parada), el accidente en IQOXE (ralentizó durante un mes el tráfico de petroquímicos)  y la drástica bajada del tráfico del carbón, auguraban un año difícil.

Sin embargo, tras el acumulado de los últimos tres meses, y muy especialmente el registro de octubre, que marcó 2,7 millones de toneladas, no parece que ese objetivo esté lejano.

Octubre fue excepcional para el enclave, superando incluso los meses antes de la ralentización de la economía debida a la pandemia del Covid. El buen comportamiento del décimo mes del año, destacado en agroalimentarios y líquidos a granel, viene a consolidar la sucesión de resultados ascendentes conseguidos en los últimos meses, con un total de 1,69 millones de toneladas en julio, 2,02 millones en agosto, y 2,54 millones de toneladas en el mes de septiembre.

Los registros de octubre conviene también contextualizarlos en el marco del conjunto de autoridades portuarias del Estado, cuya media fue de un 5,5% negativo: únicamente 9 – entre ellas Tarragona-, de las 28 del sistema portuario, incrementaron sus tráficos en dicho mes.

No obstante, la cifra de toneladas de carga acumulada en el Port este año hasta el 31 de octubre es de 22 millones de toneladas, lo que representa una disminución del 21,7% respecto el mismo periodo del año anterior (la media estatal del conjunto portuario está en -10%). Para ver, no obstante, la tendencia positiva, conviene detenerse precisamente en la estadística de los tráficos acumulados desde enero en la dársena tarraconense. Así, hasta el mes de junio, el tráfico anual marcaba una merma del 24,8% respecto al mismo periodo del año anterior; en julio fue del -25,5%; en agosto del -26,1% y en septiembre del -24,3%.

De hecho, el descenso en el volumen de tráficos sería menor si no se tuviera en cuenta el carbón y el coque de petróleo (que en un buen año suponían el 10% del tráfico del enclave), y se situaría en el 17,9%. En estos meses, el crudo y sus derivados se han visto afectados por la bajada del consumo, y en el caso del carbón, por la drástica disminución de tráficos al cerrar las térmicas de Endesa en Andorra (Teruel) y Alcúdia (Baleares) a las que se suministraba desde el Port.

El presidente de la Autoridad Portuaria, Josep Maria Cruset, había anunciado que “el 1 de enero ya partíamos con el marco mental que tendríamos tres millones de toneladas menos de las que registramos en un ejercicio normal”. Y que le año sería, en ese sentido, “de tránsito”.

La pérdida de volumen apuntada por Cruset, de aproximadamente un 10% de los tráficos  esperados, se basaba en la drástica disminución del carbón, ya prevista, así como de los tráficos de sal potásica, traslados por el operador a Barcelona.

Ahora, en la recta final del año, y a la espera de los datos de noviembre y los futuros de diciembre, las mejoras previstas de tráficos deben cristalizar para no llegar a una pérdida en volumen que sobrepase el 20% respecto al ejercicio del 2019.