T.E.
7/01/2020

La liberalización podría dar paso a una tasa.

El próximo mes de septiembre verá la eliminación de los peajes en la AP-7 desde Tarragona hasta la Junquera y en la AP-2 entre Zaragoza y el Mediterráneo.

Según había anunciado el Ministerio de Transportes estos tramos se sumarán a los libres de peaje, aunque, previsiblemente, parte de ellos podrían pasar  a una nueva tarificación, en manos de la Generalitat,  que ayudaría a su mantenimiento.

Pese a ello, no cesa el debate en torno al sostenimiento financiero de las ingentes necesidades de mantenimiento que requiere una red viaria tan densa como la española y, consecuentemente, se generan propuestas diversas sobre tarificar de algún modo su uso.

Este sería el caso ante la finalización de la concesión de las autopistas C-32, entre Barcelona y Lloret de Mar, y de la C-33, desde Barcelona a Montmeló, y su paso a ser de titularidad autonómica podrían implicar que la Generalitat estableciera algún sistema de pago por uso una vez venzan las concesiones actuales.